
Viajar. Un verbo de otrora dimensión, cuya sola pronunciación es capaz de contagiarnos de una magia especial, inesperada, propietario de un espíritu poético y seductor sin parangón. Atractivos irrenunciables y emociones imperecederas de los que resulta difícil sustraerse. Su contagio se ha ido extendiendo irremediablemente desde tiempos ya idos. No importa dónde ni cuando. Penetra y deforma nuestro juicio sin apenas darnos cuenta, pues viajar está hecho prácticamente de la misma materia que los sueños.
Y de sueños trata este texto, concretamente del sueño de Carolina Esteller, creadora y principal responsable de la agencia de viajes online ‘Mujer y Viajera’. Una iniciativa antes que joven indefectiblemente valiente, que nace hace poco...