
No es esta una oda a la filatelia sino una llamada de atención a unos pequeños objetos, obras de arte por derecho propio. Y es que cuando el imaginario sacude al talento éste se expresa espléndido y admirable.
Un buen puñado de acuarelas, otro tanto de papel perforado y su inseparable pincel, un Grumbcher número 2, bastaron para que el artista norteamericano Donald Evans (1945-1977), creara una meticulosa colección de sellos, a la que dio nombre de Catálogo del mundo.
Sentía una gran fascinación por los mapas y las enciclopedias. Tal vez por ello, este autodidacta y precoz virtuoso, soñaba con su propia geografía del mundo, llena de países míticos. "Cada uno, a su manera, expresaba su añoranza 'romántica' por lo remoto...