Habíamos oído hablar de proyectos multimedia centenares de veces, productos que suelen combinar distintos elementos entre texto, imagen, audio y vídeo. Hasta aquí, ninguna novedad conceptual que destacara.
El
descubrimiento tendría lugar durante la clase sobre el documental
impartida por Rosa Álvarez, con motivo del Máster de Periodismo de
Viajes. Un
término hasta entonces ignorado, cuya fonética forastera a nuestros
oídos hizo que llamara nuestra atención y especial interés. Y es que, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a un producto narrativo transmedia?
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No
obstante, y a pesar de ser un fenómeno reciente con apenas dos años de
vida mediática, sorprende el éxito que ha alcanzado, extendiendo sus
tentáculos en el mundo del cine, la televisión, la prensa, los libros y
los videojuegos. Amén de las diferencias naturales de cada medio, todos
ellos presentan un denominador común: cada uno forma parte de la
historia aportando una experiencia de lectura diferente, de forma que ésta se expande al incorporar nuevos contenidos, transformándose así en múltiples obras derivadas.
En este sentido, la innovación
aparece como factor clave, madrina de un modelo de negocio todavía
primerizo pero que apunta hacia un tentador y sugestivo camino en el
escenario de las historias aplicadas al viaje. Por su parte, el
incontestable aumento en el uso de todo tipo dispositivos inteligentes
favorece y estimula su puesta en marcha y desarrollo. Una oportunidad
sin duda a la que, desde Kompaso, no quitamos el dedo del renglón.
Fórmula transmedia. Fuente: Google. |