Nunca he estado en la Patagonia, esa imponente y fascinante región austral de América del Sur, situada en las lindes del fin del mundo. Tal vez por ello me sentí atraída por la lectura de una obra clásica de la literatura de viajes que lleva por título el mismo nombre.
Parque Nacional Los Glaciares. Fuente: www.patagonia-argentina.com |
En este sentido, es en la alteridad donde el viajero halla las variadas formas expresivas que suelen acompañar al escritor británico. Pues en este libro que tiene por decorado al extraordinario paisaje patagónico, son las huellas de los personajes de un mundo singular las que marcan el rastro de la lectura, estimuladas por el recuerdo infantil de un supuesto trozo de piel de brontosauro. A lo largo de la obra, la búsqueda dibuja el trazo de unas páginas que se mueven a un ritmo que da relieve al paisaje.
Palpitante y hormigueante lectura. Tal vez, con esta obra, Bruce Chatwin comprendió las palabras del almirante y explorador Richard E. Bird al afirmar que "la naturaleza tiene buenas razones para exigir sacrificios especiales a aquellas personas decididas a contemplarla".
"Il n'y a plus que la Patagonie, la Patagonie, qui convienne à mon inmense tristesse..."
Blaise Cendrars, Prose du Transsibérien.
Blaise Cendrars, Prose du Transsibérien.