29 de octubre de 2012

'¿Qué hago yo aquí?', de Bruce Chatwin


"Cuéntele historias al jovendijo doña Lucerina—. Quiere oír historias".

Con las pupilas dilatadas. Así termino la lectura de ¿Qué hago yo aquí?, obra póstuma que el viajero, escritor y novelista británico, Bruce Chatwin, nos dejó como una ventana abierta a su mundo. Un interesante e instructivo espectáculo narrativo en el que se percibe el sesgo irresistible, propio de quien demuestra una técnica impecable.

Déjenme aclarar que no es ésta una compilación de páginas ordinaria, sino una fértil llanura cuajada de un grupo heterogéneo de relatos, brillantemente coloreados en un mar de objetos de recuerdo, extractos de su paso por varias publicaciones. 

Confieso que produce una extraña y atractiva impresión comenzar a leer por donde a uno le plazca, pues el orden no afectará al resultado. No importa si decides embadurnarte de las crónicas que acompañan a sus textos referidos a los Viajes, a las Gentes y luego te dejas llevar por los Relatos del mundo del arte, los Extraños encuentros, para terminar sorbiendo cada palabra con China y el Escrito para familia y amigos. 

El autor, Bruce Chatwin, en una foto de archivo. Fuente: Google.

Todos, sin excepción, tienen la fragancia de una prosa lúcida, azotada por ráfagas de gran sensibilidad que denotan su poder de observación avezado, de aforística brillantez. En ellos Chatwin no aparta la vista, ni tampoco el resto de los sentidos; se sirve de éstos como una atalaya desde donde los exprime y apoya la voz.

La lectura, recuerden, se presenta episódica y fragmentada, pero sobre todo, y lo que resulta más interesante, es su arquitectura de corte anárquica, desprovista de molde fruto de un genuino cazador de historias.

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