3 de septiembre de 2012

'Historias secretas de Birmania', de Emma Larkin


En la literatura y narrativa de viajes busco ventanas a las que asomarme, puertas que atravesar. Singulares atalayas desde las cuales sumergirme en el imaginario que imprimen las palabras. Y, sobre todo, viajar.

"Birmania libre". Fuente: Rusty Stewart.
En esta ocasión, el destino elegido es Birmania (actual Myanmar). Comprometida por el tiempo que pasé junto a la ONG Colabora Birmania en la localidad fronteriza tailandesa de Mae Sot, sucumbo a la lectura de la periodista Emma Larkin. Junto a ella y con las obras de George Orwell en el bolsillo, me adentro en el universo oculto que solo puede susurrarse, amén de un Gobierno militar responsable del destino oprimido en el que vive el pueblo birmano desde hace más de cinco décadas. "No podemos hablar ni escribir de lo que realmente está sucediendo en Birmania", afirma uno de los numerosos testimonios birmanos que la autora recoge durante su viaje.

Portada del libro. Fuente: Google.
La lectura avanza con sigilo, desmantelando la imagen turística de "una tierra dorada de pagodas y gente sonriente", donde los guías turísticos birmanos "se forman siguiendo un programa gubernamental que les enseña a no comentar temas políticos con los turistas". Llegar al país tampoco es tarea fácil. Intenté hacerlo por el único paso fronterizo que permanecía abierto, pero la estancia se limitaba a menos de veinticuatro horas. Si deseaba entrar, tendría que desplazarme hasta Bangkok, solicitar un visado de turista no garantizado y finalmente volar hasta Rangún. Preferí quedarme en Mae Sot, no por evitar a la siempre cansina burocracia, sino por permanecer al arrimo de los miles de refugiados e inmigrantes birmanos que se ven obligados a desplazarse hasta la vecina Tailandia en busca de horizontes despejados.

El lector, sugestionado por el relato que transcurre en terreno delicado, se aproxima a una orografía donde los protagonistas son las fangosas regiones del delta del río Irrawaddy, las montañas del norte o la ciudad de Mandalay, entre otras paradas. Una ruta trazada por los lugares donde el escritor Orwell vivió.

Y es que los capítulos avanzan en una suerte de narrativa trenzada a modo de testimonio, creando un universo paralelo de verdades e historias secretas que el lector tiene oportunidad de descubrir. Capítulos que revelan estados de conciencia. Capítulos que traen a la luz el pensamiento cautivo.

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