26 de marzo de 2012

'Viajar es muy difícil', de Nuria Amat

He aquí un libro diferente, extravagante y atrevido. La extrañeza de un título que de entrada nos provoca a movernos por sus entrañas, a sumergirnos entre sus palabras.

Una invitación a un viaje atípico por ciudades de papel vestidas de melancolía que, como comenta la autora, huelen a escritor. Un recorrido singular sobre un mapa de ciudades literarias de otros tiempos ya desaparecidos en cuyo escenario caminan los grandes escritores de nuestra época. Ciudades irremediablemente asociadas a su autor: la Lisboa de Pessoa, el Trieste de Joyce o el Tánger de Bowles, son algunos ejemplos con los que Nuria Amat confecciona esta suerte de anti-relato para beneficio de lectores periféricos.


Foto: Danuta-Assia Othman 

Como toda obra transgresora, desobediente según el orden argumental tradicional, comienza con una breve explicación que trata de responder a semejante afirmación: “A diferencia de lo que la clase turística cree y practica, viajar es muy difícil. Se requiere una especie de naufragio aposta. Una voluntad del viajero por esconderse en el rincón más perdido del universo y desde allí partir con rumbo a lugares eternos y desconocidos”.

Desde el rincón de estos escritores, condenados a ser viajeros eternos compartimos el exilio del que son protagonistas como destino propio. Con la impresión de estar ante un género inaudito, los matices de una prosa brillante e intensa nos llevan por el camino del ensayo, de la novela y del libro de viajes. Una imprecisión genérica fruto de la genialidad de esta voz literaria.

Avanzamos. Prosigue el viaje a través de la lectura, descubrimos lugares sin otro propósito que la literatura, mientras la autora dibuja el trazo de los que estuvieron y ya no están. Espacios, argumentará la escritora, definidos por un decorado común compuesto de sombras, farolas y suelos adoquinados. San Petesburgo, Praga o Alejandría a través del paisaje espiritual y mental de los escritores que las habitan. Una radiografía que conviene hojear de vez en cuando, abandonando así el viaje ordinario.

Sentimientos, voces y acontecimientos. Experiencias y observaciones que tiñen de una agudeza crítica y nítida, merecedora de la relectura. Una obra, en definitiva, para los que viajan, para los que leen y para los que viajan leyendo. Palabras imperecederas a las que regresar siempre que uno quiera. Un gozoso descubrimiento por parte de una servidora.


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